31, mayo, 2016
La generación de los millenials, también conocida como la generación Y, se refiere a aquellas personas nacidas aproximadamente entre 1980 y 1999. Esta generación ha estado principalmente marcada por la llegada de una evolución exponencial de la tecnología y de las comunicaciones, que a su vez ha obligado a cambiar el comportamiento de las empresas y las marcas de manera radical.
Estos millenials, que actualmente rondan el rango entre 15 y 35 años, transitarán los próximos 10 años convirtiéndose en la principal fuerza de trabajo y de consumo en el mundo. La tarea para los productores pecuarios, procesadores y, en general, productores de alimentos será intensa. Los fuertes cambios en el entorno los han llevado a que respondan a nuevas motivaciones en la vida, se comporten de manera distinta como individuos y desarrollen una conectividad completamente diferente como sociedad. El fascinante mundo de las redes sociales es uno de los más importantes elementos que define su comportamiento en sociedad. Más allá del hecho de que hayan llevado a que todo el mundo comparta su información e interactúe virtualmente, las nuevas formas de comunicaciones han acelerado la necesidad de adaptarnos como productores todos los días más responsables y comprometidos con la sociedad.
En primer lugar, las comunicaciones nos han llevado a ser cada día más ciudadanos del mundo, parte de una gran aldea global donde las tendencias se replican de manera viral y en semanas, días y hasta minutos se transmiten informaciones y hasta se cambian percepciones. Esto ha generado una creciente tendencia de fusión y adopción de culturas otrora inimaginables. En esta mixtura cultural llegan por un lado oportunidades para potencializar el consumo de algunos productos así como a veces también llegan obstáculos para el consumo de los mismos. Además desaparecen las tradiciones como las conocemos y tenemos que actuar rápido para adoptar la esencia internacional: ya no por el esnobismo de antaño sino por la misma velocidad con la cual las fusiones culturales traspasan las fronteras geográficas.
Otro elemento que marca el comportamiento de la generación es que llegó el fin de la impunidad. Se democratizó no solo el acceso a la información sino también la creación de la misma. Malas prácticas, faltas éticas, errores en la manipulación o cualesquiera que sean las fallas en la cadena serán amplificadas sin obstáculos hasta que todo el mundo lo sepa. Los millenials califican todo y lo comparten todo.
La capitalización del fin de la impunidad lleva a que los millenials busquen con fundamentos un mundo mejor con una gran responsabilidad social. En este punto, la producción de alimentos será tendrá cada vez un mayor escrutinio de elementos como el medio ambiente, el bienestar animal, el aseguramiento de la calidad y el buen trato a los empleados, entre otros. Esta generación cada vez será menos tolerante a fallas en estos aspectos y muchos más. Además, por el veloz desarrollo del cual se han acostumbrado, la producción respetuosa tiene que venir acompañada de altísimos niveles de innovación no solo en los productos, sino también en los canales por los cuales les llegan esos productos y por las experiencias que dichos productos representan.
Entre la viralidad de las comunicaciones de los millenials se destacan fuertes campañas negativas hacia los productos de origen animal como lo son las carnes, los embutidos, los huevos y la leche. Estas campañas, aunque no deben causar histeria entre los productores, no pueden de ninguna manera ser subestimadas. Hay que enfrentarlas con absoluta responsabilidad, una muy fuerte revisión y autocrítica de la forma como se están dando las producciones, pero sobre todo, tratando de entender qué piensa y qué siente esta generación de consumidores (y la que viene) y trabajar con esmero y transparencia para comunicar de una manera cercana y amable un mensaje que convierta nuestras cadenas productivas en aliadas del desarrollo hacia el bien común.
Carlos Alberto Maya Calle.
Presidente Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Porcicultores.